La vida no se mide por los años si no por esos momentos que nos quitan el aliento.
El respeto el amor y la admiración que sentimos por los seres que nos han dado la vida se quedan por siempre en nuestro corazón y nos regocijamos cuando se reflejan en nuestras acciones al amar y disfrutar todo lo que emprendemos.
En nuestra mente guardaremos su sonrisa, en nuestro corazón vivirán sus palabras de aliento y de amor...
Sus besos siempre serán el aliento de nuestra alma...
Y cuando la separación sea inminente, no existirá el tiempo pues este se hace breve ante la realidad de haber tenido la bella experiencia, de recibir su cariño y su entrega incondicional. Para nuestros mejores años
la distancia no es tan grande cuando la mente y el espíritu se unen...
Para mantener latente el recuerdo y las enseñanzas de quienes nos amaran por siempre....
Gracias por haber existido.
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